domingo, 4 de enero de 2015

Septiembre

En este mes, se acabaron las aventuras de nuestro personaje, pero empezarán las de los niños que tengan la suerte de poder visitar el parque. Llamemos pues a este episodio:

La donación de un Parque Infantil

Ciertamente, el paquete que contenía las películas y fotos tomadas hasta el mes de mayo además de la máscara de oro, lo tenían mis padres bien guardado y sin abrir.

Me dirigí al Organismo competente en los temas de Tesoros rescatados para que me asesoraran sobre qué debería hacer para vender las máscara y emplear su importe en la construcción de un parque para beneficio de los niños.

Maticé que no se trataba de explotarlo para obtener un beneficio, sino de cederlo a algún organismo municipal para el bien común.


Actué según sus recomendaciones sin pérdida de tiempo, así que en dos meses se puso la primera piedra y diez meses después se abría al público.

Fue un éxito total, pues numerosas familias pasaron por las puertas para que los más pequeños pudieran divertirse

Había atracciones de todo tipo, incluso en una de ellas se montó un carril por donde se simulaba el vuelo en avión.

Cerditos que con un cañón de juguete lanzaba agua con extraordinaria puntería vertiendo el proyectil sobre un recipiente que sostenía otro cerdito

Para los algo más mayores, había un puerto de mar donde jugar con barcos movidos a distancia.


Los más pequeños tendría la oportunidad de entrar en un árbol mágico

Los que tengan ganas de aprender a conducir un coche, tiene la ocasión de subirse a vehículo conduciéndolo por el circuito perfectamente señalizado, y para mayor diversión le entregan un carnet de piloto

Los más osados, tendrá ganas de entrar por unas bocas gigantes.

Los enamorados de los toboganes, sentirá las cosquillas en la barriga cuando se deslicen en un laberinto de ellos.

Pero por estar situado el parque infantil en plena costa, no se puede olvidar el llevar a los niños a sentir el placer de navegar.

Claro que no olviden los niños, que estamos en el mes de septiembre, y en ese mes hay que volver a examinarse de esas asignaturas que suspendieron en junio. Así que coger las calabazas y ¡hala!, a dárselas a mamá para que haga buenas ensaladas y potajes.